La Bodega
Para conocer los orígenes de nuestra bodega nos tenemos que remontar a mediados del siglo XX, cuando Francisco Blanco Jiménez y su esposa Teresa Arias Chía, adquieren unos terrenos en calle Écija, de la localidad de Estepa. Francisco Blanco, por aquella época, regentaba un despacho-bar en el centro del pueblo, llamado El Bodegón, nombre por el cual se daría a conocer la bodega.
Con botas de roble centenarias trasladadas desde Moriles y Montilla, y con la sabiduría adquirida durante su juventud trabajando en bodegas, empezó su andadura en el mundo de los vinos. En Bodegas Blanco, la principal actividad es la crianza y envasado de vinos generosos, finos, olorosos, pedro ximénez, mistelas, vermuth, vinagres de excelente calidad…..
Estepa, conocida mundialmente como la “Ciudad del Mantecado”, ha sido tradicionalmente tierra de vinos, ejemplo de ello es el racimo de uvas que ostenta el escudo de la ciudad. Cierto es que después de la gran plaga de filoxera que arrasó España en 1870, no se volvió a plantar uva en tierras estepeñas.
Nuestra empresa es una de las principales proveedoras de vinos para los dulces típicos de esta zona como son el hojaldre y los roscos de vino. La situación geográfica de Estepa al sureste de la provincia, en la comarca de la Sierra Sur y dentro del área de tránsito entre la campiña, la depresión bética y las primeras estribaciones de la cordillera Subbética, hacen de este enclave el lugar perfecto para la crianza de vinos.
La Crianza
La crianza se define como un proceso de envejecimiento y maduración de un vino para conseguir los mejores aromas y matices. Es sin duda la fase definitiva en la elaboración de los vinos, la más prolongada desde el punto de vista temporal y en la que se perfilan las características organolépticas que van a dar lugar a la amplia tipología de vinos de nuestra bodega.
Desarrollamos dos tipos de crianza: la crianza entendida como guarda y evolución del vino en botas de madera, sometido a la lenta evolución físico-química según las condiciones de su entorno, a la que generalmente nos referimos como «envejecimiento» o «crianza oxidativa»; y la denominada «crianza biológica» bajo velo de flor, en la que el vino evoluciona de forma más dinámica, impulsado por la actividad de un velo biológico formado en la superficie de éste por levaduras específicas y propias de la zona.
Nos encontramos en la única región del mundo donde a partir de la misma variedad de uva resultan vinos tan diferentes y originales.
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